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Mostrando entradas de abril, 2012

Richard Strauss strikes back

Camino por Villa Crespo con un poco de miedo a perderme. Hasta que aparezco en la puerta del supermercado. Sólo basta con pararme en la puerta medio segundo. Ya sé dónde estoy, porque sé dónde estaba hace un año, de la mano de aquel novio, yendo a cocinar para aquella gente a la casa. Es increíble cómo todo es igual: las baldosas rotas, las sombras en la vereda, las ráfagas de frío en los mismos lugares (y más por acá, cuando te acercás a las torres). Esta vez, camino por la vereda de enfrente. Aunque cuando paso justo frente al PH no puedo evitarlo, y miro hacia adentro. Sin dejar de caminar, sigo mirando. Estoy segura de que si empujara la puerta de calle, aún hoy seguiría sin llave. Y el pasillo sigue sin luces. Puedo ver todo igual por adentro. No veo, pero lo proyecto en mi cabeza. Soy yo entrando, y golpeando la puerta hasta que la perra del vecino de atrás ladra y alguien escucha y me abre. Una sensación encontrada me invade, el calor de volver a lo conocido y la tristeza por lo

Smartphone o tobogán de agua

No llevo encima ninguna de mis lapiceras ni de los cuadernos que quiero. Me siento en un puto descampado sin los elementos que me ayudan a hacer esa catarsis, a sangrar como yo sé,  sobre el lienzo conocido. El tiquitiqui del smartphone me mecaniza. Lo odio. Quiero sentir que ruje la punta de una lapicera sobre lo áspero de un papel, quiero sentir que otro trazo se apura sobre una superficie resbalosa, como carne mojada que rechina veloz desde lo más alto de un tobogán de fibra cubierto de agua.
cachibache

Alicia en hora pico II

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El ruido del ventilador no la deja dormir. Casi casi que se toma una pastilla, pero sabe que si lo hace después nunca más (un nunca más que equivale a quién sabe cuánto, pero bastante tiempo será seguro) va a poder dormir naturalmente. It's all in your head , piensa. Pf. La cortina barata se mueve por el mismo viento brusco que vuelve a tirarla contra la ventana. Afuera mucha gente ya está dormida hace rato, metida en un sueño que asocia cosas de su día con otras incoherencias que no recordarán. Estarán tejiendo momentos con olor a café, sensaciones placenteras y amores de sueños, de esos que permiten amar a personas con cualquier rostro y que borran a todo el planeta alrededor. Apilarán también miedos y fobias de las que ojalá despierten pronto, para volver a soñar y olvidárselas mañana. Si sólo estuviera en un tren, eso la haría dormirse. Nunca jamás fallaba. Sin importarle si era el ruido, o el movimiento que hacía las veces de cuna, ella se dejaba llevar y a los pocos minutos s

Náuseas y palpitaciones

Una foto perfecta se proyecta en su sien cuando lee "Los amantes rendidos se miran y se tocan/una vez más antes de oler el día", tan perfecta que revive, y ella ahora la ve, una imagen congelada, que la envuelve y agobia. En una habitación fría, colgaban ídolos y tanquecitos de guerra. En una cama caliente dos cuerpos se entrelazaban. "Basta, no quiero amor, no quiero, no quiero, no, no", y una ola caliente le golpeaba la cara, una ola de arena áspera y abrasadora, que le decía que ya era tarde. La ola se le metía en el pecho y hacía un remolino en el corazón para activar esas palpitaciones amarillas, incontrolables, que aparecían de la nada. La ola salía de su cuerpo y ahora hacía una mortaja que no la dejaba respirar por la nariz. Ni por la boca. La ola era una montaña que se posaba en la boca del estómago y se hacía densa, de un barro gris, que ahora se iba y dejaba un agujero. Ella no podía entender esto que creía se llamaba angustia, y mucho menos las leyes idi

A mí la lluvia

Después de 40 minutos sin encontrar un taxi, Melina juntó coraje y caminó aproximadamente 10 cuadritas bajo la lluvia, con el vestidito strapless volando en el viento, hasta la avenida Sta. Fe. Al llegar a la Avenida, encontróla inundada. "Qué divertido", se dijo y, con el agua en los tobillos, siguió caminando. "Ya no me gusta", pensó, cuando el agua le llegó a las rodillas y se tuvo que sacar las ojotas porque la presión del agua las iba a romper y, por ende, comenzó a sentir con las plantas de los pies descalzos toooooda la vereda. "Vamos que llegamos al subte, vamos que llegamos." le decía una de sus voces internas, la aventurera, entre alentadora y burlona. Al llegar a una esquina, Melina paró. Miró a su alrededor. "Fobia fobiaaaaaaaaaaaaaa!!!" gritaba ahora la vocecita, que había pasado de intrépida a esconderse bajo la falda de alguna parte del cerebro mojado. "Ja ja ja...." y la respiración se entrecortaba-. "Jaaa, ajjaaajJ

Shadowplay - O relato de una adquisición triunfal en las sombras

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A través de la vidriera se veía todavía un poco de luz, aunque en la puerta de la librería, el cartel gritaba "cerrado". Desde un soporte de metal en primer plano, el librito me llamó. Iluminado por un haz de luz, o quizá desde la oscuridad, esa tapa resaltó para mí más que nada en el planeta. La emoción me aceleró el pulso y entorpeció el pensamiento. Amagué a abrir la puerta ("Cerrada, Melina, boluda, está cerrada!!" decía el otro-yo más despierto en mi cabeza entumecida por la hipnosis materialista). Llamé al pibe de adentro con gestos entre desesperados y lastimosos, y miré el reloj. 19.56 (¡Ja!, ¡mi reloj está sincronizado con el 113, no me podés cagar, me quedan 4 minutos!). El pibe, con una sonrisa un poco forzada, abre la puerta. Se escucha el mágico clin-clín tintilante que rebota en el aire y me invade un olorcito a libro que me llena el alma. —Perdón, siempre tengo abierto a esta hora, pero quería irme temprano. Mirá tranquila. Aguantando las ganas de per

Calmness or absence

And seeing that, I became aware that what I had taken for calmness was absence. The quietness was that of the inanimate (...) However scientifically informed we count ourselves to be, fear and awe still surprise us in the presence of the dead. Perhaps it’s life we’re really wondering at. * Ian McEwan, Enduring Love
piringundín

Cuando caes a una cadena de comidas rápidas con una locura indisfrazable

“What? Do I look like a monkey?”, I thought, as I was standing on this side of the counter. Two oily-skinned teenagers held their laughter. The girl (brunette, braces, nice tits, not a bad fuck in a couple of years) actually covered her mouth with her hand, jeopardizing a considerable waste of saliva; but the boy (blond, tall, looks like he will never get his first fuck unless he changes his being idiotically nice and respectful) took over the situation and asked me if I wanted a Coke with my menu. ¾ No ice, please.

Salir con boludos

[6:31:07 PM] MD: no se si estar enojado o que [6:31:11 PM] MD: fue una semana de mierda [6:31:29 PM] Melina: si, yo tampoco [6:32:43 PM] Melina: we're on a rooooooooooad to nowhere [6:33:45 PM] Melina: tengo ganas de abrir el absenta [6:33:49 PM] Melina: de una puta vez [6:34:03 PM] Melina: pero escabiarlo sola en casa esta noche me devuelve una imagen triste [6:34:15 PM] MD: y tu muchacho? [6:34:21 PM] MD: o sea [6:34:23 PM] MD: estas sola [6:34:25 PM] Melina: |-( [6:34:25 PM] MD: en tu casa [6:34:29 PM] MD: y'know [6:34:35 PM] Melina: no se [6:34:40 PM] Melina: me tiene los ovarios al plato [6:34:48 PM] Melina: tanta victimización [6:35:11 PM] Melina: no puede tomar una puta decision de nada. "voy a estar en casa, llamame si queres venir". Fue todo. [6:35:11 PM] MD: te acordas cuando te dije que no estaba como para que tengamos algo porque en realidad no sabía donde tenía el culo? [6:35:15 PM] MD: well, there you go [6:35:25 PM] Melina: q queres decir? [6:35:29 P

The Fall (2006) Tarsem Singh

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Todos los viernes, con compañeros de laburo, nos mandábamos mails para recomendar alguna banda/disco o película, obra de teatro, programa, serie, etc... Durante el poco tiempo que duró (antes de que varios de sus integrantes renunciaran) la sección "Escuchate esta" dio algunos frutos, como la pseudo-reseña que copio a continuación --> The Fall, de Tarsem Singh El pasado miércoles asistí a mi queridísimo   Ciclo de Cine Ojo de Pez, en el CCMatienzo. Sin leer reseña ni nada por estilo, no sabía con qué me iba a encontrar. Y el resultado fue una película hermosa, que hoy quiero recomendarles. Entré tarde, cuando ya había empezado la peli hacía poco más de 10 minutos. Al sentarme, me sorprendí cuando desde la pantalla me invadieron unas imágenes de una belleza arrasadora, llenas de colores, texturas y dimensiones diferentes. Pero ojo que esta peli no es sólo linda por su fotografía. La historia es impecable. Pero lo que importa acá aún más qu

Cortada 206 entre 309 y 310

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Ana quiere escribir. Ana abre un cuaderno. Un cuaderno blanco que amenaza con perpetuarse. Ana se angustia y se ata a una nada innecesaria. Ana sueña, porque la mantiene viva, pero también la mata. Ana no habla. Ana no cuenta. Pero siente todo. Quisiera dejar de hacerlo, dice. Nunca pudo, y cuando quiso, el mero intento dolió más que el sentir diario al que ella estaba acostumbrada. Ana respira. Por un momento es feliz. Sus sentidos rebalsan de pinos, arena, sal y resina. Sus ojos no llegan a atesorarlo todo. Siente que es demasiado: los verdes, el reflejo del sol en las olas, las gaviotas…y detrás de todo, siempre, las sombras de algún niño que juega feliz. Feliz al menos ella cree. Cierra los ojos y ve igual. Todo en este lugar le habla. El viento que sopla furioso —a veces cansado—, las olas que nunca paran y vuelven al mar, los árboles que hacen música, a veces agua, a veces burbujas, a veces amenazas. Ana siente. El sol quema, la arena raspa áspera l

De cómo (no) funcionan las ganas un domingo a las 9 de la noche

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Melina tiene que hacer su primera traducción paga. Oh si, emoción emoción…. Todo lo que piensa mientras traduce el primer texto de dos carillas, es que se tiene que apurar porque “apenas termino, me voy a comprar algo rico para tomar el té” . Lalala, le faltan 3 párrafos para terminar, pero dice “bueno, voy ahora porque después me cierra el chino” Allá vamos, entonce', al chino a comprar leche y unas frutigranes. A la vuelta, a hacer el té. Y mientras, ¿por qué no? Cocinamos un postrecito royal para el postre. Bueno ahora sí, a trabajar. Pero en el camino, hay que colgar la ropa recién lavada. Y ya que estoy, prendo unos sahumerios. y me pongo crema en las manos (qué asperas q están, dónde habré dejado el teléfono de la mina que me hace las manos, a ver, voya buscar la agenda). Casi casi a punto de agarrar el esmalte y pintarse las uñas, Melina se dice “basta che, que esto lo tengo que entregar mañana”. Entonces sí, ahora de vuelta a la comp... Pero antes de seguir traduciendo, me
mamotreto

Pasos y divagaciones. Señales, voces rotas, rubores de la memoria...

El hombre ha salido a caminar sin dirección, fuma y sus pasos y sus divagaciones lo llevan lejos. Nubes fugitivas en el cielo nocturno, temblor de luna, tibios reflejos de faroles en las calles empedradas, árboles podados, ramas apiladas sobre las veredas y, al doblar una esquina, una figura parada en la mitad de cuadra, un descubrimiento para el hombre que vaga por la ciudad vacía. La muchacha permanece detenida, vuelta hacia él y parecería que lo mirara o lo aguardara, tiene flores en las manos y sus ojos están en sombra. También el hombre se detiene y ahí permanecen, observándose, mientras transcurren los segundos y el hombre sabe, súbitamente, como en una revelación, que el nombre de la muchacha es Anna y que las flores quizás sean para él. Después ella da media vuelta y comienza a caminar y el hombre la sigue y no acorta distancia y allá van por calles y calles, entre las casas mudas y los gatos, y siempre hay nubes arriba y temblores de luna y de tanto en tanto la muchacha gira l

Epístola a una amiga

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Ay ay my dearest fiend (aunque no por fiend dejes de ser friend ) Debo confesarte que exploré anoche la pagina que me pasaste con tantos juguetes y dildos bonitos....Tanto me gustó, parece, que disparó un sueño muy extraño que debo contarte: Soñé con un pene alado, que se elevaba en el cielo cual globo con fuego (de esos que tiran en navidad) o globo aerostático por los aires, mientras hombres y mujeres en la calle alzaban la mirada hacia el cielo y, ante la sombra del miembro viril erguido entre las nubes cual zeppelin mágico, exclamaban alegres y aplaudían. Te presto un poco de mi libido, que está elevada como el pene que imagino erguido en el cielo azul de mi barrio. Besos =) M. Data de: Marzo 2010

The Bell Jar

"I felt very still and very empty, the way the eye of a tornado must feel, moving dully along in the middle of the surrounding hullabaloo." * Sylvia Plath, The Bell Jar

El pez también inverna

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*Lo que sigue es un pequeño relato que improvisé el martes 27 de marzo de 2012 para el ciclo de cine Ojo de Pez, que anunciaba su función de cierre para el día siguiente. El pez también inverna Esta mañana, de cara al solcito otoñal, esperaba el tren como todos los días para ir al laburo. En el ipod entonces me sorprende “All you need is love”. Trillado, simplísimo. Tuve el reflejo de cambiarlo pero me contuve y lo dejé. Pensé si alguna vez voy a tener un amor como el de Yoko y John. En mi cabeza aparecieron fundidas las imágenes de ellos desnudos, las miradas, el amor que todo lo puede. Claro que no puedo dejar de ser yo. Y esa dulzura mucho no me dura. Así la vida no es. “Fue perfecto que a Lennon lo mataran”, pensé. Así la imagen del amor en su pico de idiotez quedó congelada. Si hoy viviera Lennon, se hubiese divorciado. Y es así que todo termina. Y sí, ya sabemos que es mejor prenderse fuego que, ¿cómo era?.. digamos, que morir viejo choto

Fellows in unifom will blow your mind

* Estoy dentro de un negocio, comienzo a recorrer las estanterías y veo cosas, todas me gustan, todas son inútiles, chiquitas, y de vidrio o cristal o con cosas flotando dentro, con luces o brillos. Todas brillaban y llamaban mi atención. Agarro un camioncito muy chiquito, lo presiono y se mueve, está iluminado por unas letritas verdes, veo que me da la hora y fecha. No recuerdo la fecha, pero la hora sí: son las 10:10. Decido comprarme este juguete que tanto me gusta. Lo agarro. El lugar se torna muy oscuro, lo ilumina una luz con tonalidades verdes o azules. Me paro (había estado jugando con el camión en el piso hasta ahora). A mi izquierda, veo a un hombre de seguridad. Es muy muy alto y parece muy serio. Está uniformado, más como un militar. Me mira fijo. Lo miro a los ojos y descubro que son muy verdes, me atrapan, nos seguimos mirando. Voy a la caja y pago, tengo más de una billetera, y saco billetes de todos lados (?). Le pido a la cajera una lapicera y anoto mi teléfono. Se lo

La soledad es el camino más cobarde

01.04.2012 Cómo es que tu alma puede volver a sentirse viva de repente, y disparar ganas de vivir a todo tu cuerpo; y cómo es que tu ser puede resplandecer tan de golpe y encandilar hasta lo que no se ve, a causa de una simple mirada, un abrazo intenso prolongado en el tiempo, un pertenecer en el otro, un sentimiento (una realidad) de paz y una electricidad incesante entre dos personas. No puedo terminar de entenderlo. Es la droga más fuerte de todas. Inconfundible sentirse tan bien y tan pleno. Y ahora la puta ansiedad y la abstinencia. Y un temor inmenso de no volver a sentir esto nunca más. Ganas. Ganas de vos. Sentirme incompleta o inútil, no funcional acá sola. No tiene sentido un existir deambulando en mi propio ser después de haber vivido en otro y encontrado ese lugar. Cómo hago para matar la ansiedad, para que el tiempo pase sin que piense que cada minuto muerto puede haber sido un minuto de ascensión, de elevarme con vos. Cómo hago para no sentirme idiota, adolescente, vulner