Enamoramientos fugaces en transportes públicos - vol 1

"Hola. Un hombre hermoso. Eso pensé que sos. Durante todo el viaje lo pensé."
Un hombre con esas manos grandes, nobles, no podría sino hacerla feliz. Miró detenidamente sus facciones. Quería que le quedaran grabadas para poder reproducirlas en algún momento de angustia o acidez.
Qué ridículo pensar que el tipo se iba a bajar del tren en la misma estación que ella, que la iba a seguir porque había detectado su mirada y entonces ella iba a poder decirle eso ("un hombre hermoso"). Eso y además algo como "cuando el viento te pegaba en la cara y te acariciaba los rulos, yo cerré los ojos y me imaginé uno o dos momentos felices de nuestra vida juntos."
Ridículo.
Otra vez el mismo recorrido sola por el andén. Otra vez nada más esa imaginación idiota la acompaña.

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