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Mostrando entradas de 2012
"Uno le cierra la puerta al dolor, y por el mismo acto también al placer y a todo lo que hace que la vida valga la pena ser vivida." *Mario  Levrero, Dejen todo en mis manos
Nunca se está solo. Nunca se está solo físicamente. En ninguna parte. Siempre se está en alguna parte. Se oyen ruidos en la cocina, los de la tele, o de la radio, en los apartamentos vecinos, y en todo el inmueble. Sobre todo cuando nunca se ha pedido silencio como siempre he hecho yo.    *Margarite Duras, Escribir 
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"... la comunión es indecible y, en cierto modo, excluye la comunicación: no es un intercambio de noticias sino una fusión. Vestido o desnudo, el cuerpo es una presencia: una forma que, por un instante, es todas las formas del mundo. Apenas abrazamos esa forma, dejamos de percibirla como presencia y la asimos como una materia concreta, palpable, que cabe en nuestros brazos y que, no obstante, es ilimitada. Al abrazar a la presencia, dejamos de verla y ella misma deja de ser presencia. [El cuerpo del otro], de pronto, se ha vuelto infinito; deja de ser una forma y se convierte en una substancia informe e inmensa en la que, al mismo tiempo, me pierdo y me recobro. Nos perdemos como personas y nos recobramos como sensaciones." *Octavio Paz, La llama doble

Hugo

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Piba luz. Loquita linda. Chiflada. Niña luz. De todas esas formas me habías bautizado con una sonrisita cómplice entre dientes. ¡Y cómo voy a extrañar esos apodos que me hacían cosquillitas en el pecho! Reviso mails que nos habíamos pasado. Encuentro que al leer uno de los tuyos, se empaña la pantalla de golpe cuando se me meten tus palabras: “simplemente quiero vivir y ofrecer vivir una vida más linda ”. El 13 de octubre, cuando ya no me contestabas los mails, encuentro un mail mío en el que te cuento: “Soñé que hablaba con vos y estabas tan tan tan bien, y tan feliz ¡y  tan lleno de luz! Me desperté feliz con esa certeza. ” Y hoy sé que es así. Que estás en ese lugar lindo que tanto anhelabas , y que te llevaste toda esa luz, toda esa música, toda esa supercabeza y esa sonrisa que partía al medio ese cuerpo flaquito y largo. Me queda tu música, unos dvds fantásticos escritos en indeleble con tu puño y letra, y tu sonrisa de niño feliz. Te voy a extrañar. ¡Ah! Mand
gurrumín

The brief and not-so-wondrous life of me

“… they would sense him waiting for them on the other side  and over there he wouldn't be no fatboy or dork or kid no girl had ever loved; over there he’d be a hero, an avenger.  Because anything you can dream (he put his hands up) you can be.” Oscar (paraphrased by Yunior), p. 321-322 Cuando miraba Laberinto de chiquita, yo quería ser Jennifer, sin duda alguna. Se trataba de esa admiración que te generaban ciertos personajes de ficción y te convertían en un niño que jugaba solo en el patio de la casa de su abuela flasheando que era Jem o la sobrina del inspector Gadget -Penny- que tenía a su perro Cerebro y portaba el super libro-computadora y todo el equipamiento SpyTech). Asi que eso... y ahora que soy grande (*), además de pensar "qué copado ser la minita y hacerme amiga de monstruos peludos que llaman a las rocas”, también pienso “qué copado ser la minita y que Bowie te de besos de lengua y te diga ‘I would be your slave‘ y te ofrezca ser su Perséf
adefesio

Sally rushed into her forehead

As she came home from school, Sally rushed into her room, shut the door behind her with a thud, landing on the bed with her forehead against the pillow. --------- Idiot. You have feelings for him! When did it it all begin? Or was it happening the whole time, as realisation crashed on your silly head only tonight, as you were desperately looking around for him among idiotic faces of people you had no interest to talk to. Una carta y una declaración circular en forma de naranja que nunca leyó. El corazón que se te sale del pecho con cada golpe de tecla, con cada sonido que nace y te abraza desde la punta de sus dedos. Quisiera llorar para que se lave todo, quisiera no sentir más que me elevo cuando lo abrazo. El amor tiene muchas formas. Pero cuando crece tanto puede ser un monstruo que ya no sabés controlar. Y se come cruda a tu razón, a tu orgullo, y te deja un agujero. Grande, redondo, profundo. Una cueva negra de paredes húmedas, a donde van a vivir todos los pájaros que migran d

De la reproducción de la especie y los lectores precoces

Aparta su mirada de la mía y, con desinterés cool, levanta un poquito las cejas y mira algún punto en el aire por encima de mi cabeza. "Ah, sehm... yo a Juan Pérez lo leía hace mucho, cuando no lo conocía nadie. Ahora se murió y es un autor de culto", dice. Me entretiene encontrarme con la soberbia irrisoria de quienes se adjudican el descubrimiento de un escritor (o de un músico o artista cualquiera, si del tema se trata). Escucho sonriente una y otra vez a quienes, con un grito en el cielo, vociferan la celosa declaración de haber llegado a Juan Pérez primero. Me genera ternura ver cómo esos adultos son, en realidad, nenes que cantan apurados ¡ Piedra libre para Juan Pérez !... Como si todo aquello los hiciera lectores más meritorios de las palabras de Juan Pérez. Como si Juan Pérez mismo hubiese escrito todas esas páginas especialmente para el lector que canta piedra libre primero, sacando del juego a todos los demás. Claro, con esto me doy cuenta de que no importa la
"Siempre me fascinó que, cuando me duermo, parecen trabajar dos mentes independientes entre sí, y resuelven problemas distintos; una fabrica sueños, pocas veces maravillosos, a menudo confusos, pero siempre cautivantes; la otra resuelve problemas prácticos. Cuando despierto suelo recordar las imágenes oníricas, con tanta mayor claridad cuanto más interesante, intenso o removedor sea el argumento aglutinante, y es pocos minutos después cuando aparecen los resultados del trabajo de esa otra mente práctica: la resolución para algún viejo o nuevo problema, la aparición de algún detalle significativo omitido en algún asunto importante, cosas así." *Mario Levrero, Dejen todo en mis manos

El sentido del viento (en un violín)

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Eugene O'Neill dijo que "quien espera que el otro tenga sentido común, no hace más que demostrar que a él mismo le falta". ¿Quién nos enseña el sentido de la vida? ¿Quién sabe cuál es la fórmula de la felicidad, de la familia perfecta, del amor sin dolor? Si el viento lleva a Darío a encontrar sentido en esa paternidad inesperada, raíz de una escena tragicómica de sometimiento y desesperación, ¿quién dice que eso no tiene sentido? Que el viento nos haga bailar como hojas. Y que el sentido sea el sentido del viento. El Viento en un Violín me llenó el pecho de mariposas (o de hojas que revolotean con el viento). Gracias Tolcachir. Gracias a todos los que pedalean para poner en marcha el motor que, desde el escenario, dispara ráfagas de energía magnética –una electricidad despertadora de emociones en culitos sentados como el mío.

Allegro ma non troppo

Abrió los ojos y sintió el calorcito de la baba correr por la mejilla izquierda. El rastro tibio le señaló el camino hacia la almohada que ahora estaba hundida por la huella de su cabeza y mojada por el charquito en forma de pera,  evidencia de que ella se había entregado de lleno a un sueño profundo.  Tomó aire por la nariz, apretó fuerte los labios aguantando  la respiración y se paró de un solo movimiento. Caminó torpe hasta la cocina y, en su paso por el living, supo que su mirada hiperquinética no le daría paz hasta que encontrara un medio de desagote para ese aliento comprimido. Todavía sin largar ni un hilito de aire, sus pies descalzos sobre el mosaico frío siguieron bailando en la búsqueda, hasta que  sus ojos se anclaron por fin en un anotador A4, que la esperaba sobre un estante de la cocina. Manoteó rápido una lapicera del mueblecito, y justo cuando estaba a punto de ponerse azul, se sentó, descomprimió los cachetes y,  entre un  exhalar ahogado y  un inhalar con un ron

Música en el auto, en la casa, en el alma

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Dicen por ahí que cuando sos chiquito aprendés mucho observando a las personas que admirás, como a los padres. Mi viejo nunca me dijo qué música escuchar, pero yo paraba la oreja cuando él escuchaba. Recuerdo esos viajes en el auto llenos de música. Sentada en el medio en la parte de atrás (siempre los lugares inseguros son los más interesantes, justo en la parte donde no podia abrocharme el cinturón de seguridad era desde donde podía verse todo a través del parabrisas delantero) cuando íbamos a lo de la abuela, o sentada en el asiento de adelante cuando el viejo estacionaba en una de esas largas esperas de alguna compra que hacía mamá, yo escuchaba. A veces podía elegir un cassette de la guantera. ¡Qué fuerte que había que apretar ese botón cuadrado gris para que saliera el cassette que estaba adentro! Todavía cierro los ojos y puedo ver ese estéreo de frente gris clarito. Era de los viejos y entonces para poner el lado B tenías que dar vuelta el cassette a mano. En casa, en ca
“There is nothing to writing. All you do is sit down at a typewriter and bleed.” *Ernest Hemingway

El taxista de carácter divino que no le tiene miedo a la noche

Hacía mucho que no viajaba en taxi. Lujos de burgués, pensaba. Pero a las 2 de la mañana en Flores un día de semana, esperar el puto bondi para volver a Vicente López hace replantearte esas ideologías de hippie pelotudo. Me subo y al tipo le digo "Vicente López". Yo hablaba del barrio y él, de la calle en Capital. Menos mal que resolvimos el malentendido un par de metros después de que arrancara. El tachero se parece mucho a ese actor yanqui secundario (pelado, petiso y de ojitos chiquitos) que no me puedo acordar cómo se llama. La cuestión es que tiene pinta de personaje entrañable. "Esa calle está llena de cabarets", me dice. Supongo que habla de la calle Vicente López en Recoleta. Como nunca fui habitué de los cabarets ni de las calles de Recoleta, la afirmación del taxista para mí es una novedad. Este es el momento en el que uno decide si se hace el gil y mira por la ventanilla, o si le pone onda e interactúa. Pienso en que los tacheros que laburan de
"Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida, y uno no puede sentir la tentación de correr riesgos." *M. Houellebecq, Plataforma

Del Quilpo a San Marcos (o de cómo las cosas chiquitas te llenan de amor)

La Traffic blanca avanza demasiado rápido para mi gusto por ese caminito de ripio. El traqueteo permanente y los saltos en el asiento ya se hicieron costumbre. En otro momento quizás me hubiese sentido insegura por ir andando con la puerta de atrás abierta, pero ahora lo veo casi como otra aventura. El polvo que entra por las ventanas y por la puerta tampoco me molesta demasiado, y el calor no me sofoca para nada. Todo en este lugar me pone de buen humor. Todo lo que en Buenos Aires podría ponerme violenta, acá como mucho me sorprende o me abre una puerta a la reflexión. Córdoba me hizo eso. Y el Quilpo más todavía. Desde que estoy acá me llene de buenas vibras y no puedo hacer otra cosa que ser feliz. Soy una porteña en proceso de desintoxicación. Amo a todos y quiero ser hippie para siempre. La Traffic enclenque sigue andando al palo, y en el estéreo suena cuarteto. Estoy haciendo uno de los tantos viajes para ir a comprar morfi a San Marcos (desde el camping a san Marcos hay 8km).
chitrulo

Enamoramientos fugaces en transportes públicos - vol 2

"My....look at those pair of tits", I thought, as soon as they came into sight. Perfectly round and proportionate. Just the perfect size for a woman's hands. My hands. My mind drifted away from the novel I was reading. A novel in which a writer met his creator, the writer of the novel itself. And so on. I was in a complete different scene. Away from the bus, the ugly sweaty people around me or the music in my Mp3 player. Oblivious to it all, I was living a perfect scene instead: me, holding the girl of the prefectly rounded tits. Me, sliding my fingers through her hair  - short on the sides, which gave her this boyish look, but still could not deprive her of her feminine essence -,  my skin against her brown skin, my hands softly moving over her butt and my mouth kissing her belly. "She's a doll. A doll", I think and grab the notepad in my bag to write this piece of crap. I just didn't want to forget about the girl in the bus. And then it's me, g
omnibulado *Sí, sí.  Omnibulado.

Enamoramientos fugaces en transportes públicos - vol 1

"Hola. Un hombre hermoso. Eso pensé que sos. Durante todo el viaje lo pensé." Un hombre con esas manos grandes, nobles, no podría sino hacerla feliz. Miró detenidamente sus facciones. Quería que le quedaran grabadas para poder reproducirlas en algún momento de angustia o acidez. Qué ridículo pensar que el tipo se iba a bajar del tren en la misma estación que ella, que la iba a seguir porque había detectado su mirada y entonces ella iba a poder decirle eso ("un hombre hermoso"). Eso y además algo como "cuando el viento te pegaba en la cara y te acariciaba los rulos, yo cerré los ojos y me imaginé uno o dos momentos felices de nuestra vida juntos." Ridículo. Otra vez el mismo recorrido sola por el andén. Otra vez nada más esa imaginación idiota la acompaña.

las palabras simples

"la última frase (...) quedó deslucida por un Buenas Noches que sonó a falso. Es lo que tienen de bueno las palabras simples, que no saben engañar." *J. Saramago,  Ensayo sobre la lucidez
pituco

Richard Strauss strikes back

Camino por Villa Crespo con un poco de miedo a perderme. Hasta que aparezco en la puerta del supermercado. Sólo basta con pararme en la puerta medio segundo. Ya sé dónde estoy, porque sé dónde estaba hace un año, de la mano de aquel novio, yendo a cocinar para aquella gente a la casa. Es increíble cómo todo es igual: las baldosas rotas, las sombras en la vereda, las ráfagas de frío en los mismos lugares (y más por acá, cuando te acercás a las torres). Esta vez, camino por la vereda de enfrente. Aunque cuando paso justo frente al PH no puedo evitarlo, y miro hacia adentro. Sin dejar de caminar, sigo mirando. Estoy segura de que si empujara la puerta de calle, aún hoy seguiría sin llave. Y el pasillo sigue sin luces. Puedo ver todo igual por adentro. No veo, pero lo proyecto en mi cabeza. Soy yo entrando, y golpeando la puerta hasta que la perra del vecino de atrás ladra y alguien escucha y me abre. Una sensación encontrada me invade, el calor de volver a lo conocido y la tristeza por lo

Smartphone o tobogán de agua

No llevo encima ninguna de mis lapiceras ni de los cuadernos que quiero. Me siento en un puto descampado sin los elementos que me ayudan a hacer esa catarsis, a sangrar como yo sé,  sobre el lienzo conocido. El tiquitiqui del smartphone me mecaniza. Lo odio. Quiero sentir que ruje la punta de una lapicera sobre lo áspero de un papel, quiero sentir que otro trazo se apura sobre una superficie resbalosa, como carne mojada que rechina veloz desde lo más alto de un tobogán de fibra cubierto de agua.
cachibache

Alicia en hora pico II

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El ruido del ventilador no la deja dormir. Casi casi que se toma una pastilla, pero sabe que si lo hace después nunca más (un nunca más que equivale a quién sabe cuánto, pero bastante tiempo será seguro) va a poder dormir naturalmente. It's all in your head , piensa. Pf. La cortina barata se mueve por el mismo viento brusco que vuelve a tirarla contra la ventana. Afuera mucha gente ya está dormida hace rato, metida en un sueño que asocia cosas de su día con otras incoherencias que no recordarán. Estarán tejiendo momentos con olor a café, sensaciones placenteras y amores de sueños, de esos que permiten amar a personas con cualquier rostro y que borran a todo el planeta alrededor. Apilarán también miedos y fobias de las que ojalá despierten pronto, para volver a soñar y olvidárselas mañana. Si sólo estuviera en un tren, eso la haría dormirse. Nunca jamás fallaba. Sin importarle si era el ruido, o el movimiento que hacía las veces de cuna, ella se dejaba llevar y a los pocos minutos s

Náuseas y palpitaciones

Una foto perfecta se proyecta en su sien cuando lee "Los amantes rendidos se miran y se tocan/una vez más antes de oler el día", tan perfecta que revive, y ella ahora la ve, una imagen congelada, que la envuelve y agobia. En una habitación fría, colgaban ídolos y tanquecitos de guerra. En una cama caliente dos cuerpos se entrelazaban. "Basta, no quiero amor, no quiero, no quiero, no, no", y una ola caliente le golpeaba la cara, una ola de arena áspera y abrasadora, que le decía que ya era tarde. La ola se le metía en el pecho y hacía un remolino en el corazón para activar esas palpitaciones amarillas, incontrolables, que aparecían de la nada. La ola salía de su cuerpo y ahora hacía una mortaja que no la dejaba respirar por la nariz. Ni por la boca. La ola era una montaña que se posaba en la boca del estómago y se hacía densa, de un barro gris, que ahora se iba y dejaba un agujero. Ella no podía entender esto que creía se llamaba angustia, y mucho menos las leyes idi

A mí la lluvia

Después de 40 minutos sin encontrar un taxi, Melina juntó coraje y caminó aproximadamente 10 cuadritas bajo la lluvia, con el vestidito strapless volando en el viento, hasta la avenida Sta. Fe. Al llegar a la Avenida, encontróla inundada. "Qué divertido", se dijo y, con el agua en los tobillos, siguió caminando. "Ya no me gusta", pensó, cuando el agua le llegó a las rodillas y se tuvo que sacar las ojotas porque la presión del agua las iba a romper y, por ende, comenzó a sentir con las plantas de los pies descalzos toooooda la vereda. "Vamos que llegamos al subte, vamos que llegamos." le decía una de sus voces internas, la aventurera, entre alentadora y burlona. Al llegar a una esquina, Melina paró. Miró a su alrededor. "Fobia fobiaaaaaaaaaaaaaa!!!" gritaba ahora la vocecita, que había pasado de intrépida a esconderse bajo la falda de alguna parte del cerebro mojado. "Ja ja ja...." y la respiración se entrecortaba-. "Jaaa, ajjaaajJ

Shadowplay - O relato de una adquisición triunfal en las sombras

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A través de la vidriera se veía todavía un poco de luz, aunque en la puerta de la librería, el cartel gritaba "cerrado". Desde un soporte de metal en primer plano, el librito me llamó. Iluminado por un haz de luz, o quizá desde la oscuridad, esa tapa resaltó para mí más que nada en el planeta. La emoción me aceleró el pulso y entorpeció el pensamiento. Amagué a abrir la puerta ("Cerrada, Melina, boluda, está cerrada!!" decía el otro-yo más despierto en mi cabeza entumecida por la hipnosis materialista). Llamé al pibe de adentro con gestos entre desesperados y lastimosos, y miré el reloj. 19.56 (¡Ja!, ¡mi reloj está sincronizado con el 113, no me podés cagar, me quedan 4 minutos!). El pibe, con una sonrisa un poco forzada, abre la puerta. Se escucha el mágico clin-clín tintilante que rebota en el aire y me invade un olorcito a libro que me llena el alma. —Perdón, siempre tengo abierto a esta hora, pero quería irme temprano. Mirá tranquila. Aguantando las ganas de per

Calmness or absence

And seeing that, I became aware that what I had taken for calmness was absence. The quietness was that of the inanimate (...) However scientifically informed we count ourselves to be, fear and awe still surprise us in the presence of the dead. Perhaps it’s life we’re really wondering at. * Ian McEwan, Enduring Love
piringundín

Cuando caes a una cadena de comidas rápidas con una locura indisfrazable

“What? Do I look like a monkey?”, I thought, as I was standing on this side of the counter. Two oily-skinned teenagers held their laughter. The girl (brunette, braces, nice tits, not a bad fuck in a couple of years) actually covered her mouth with her hand, jeopardizing a considerable waste of saliva; but the boy (blond, tall, looks like he will never get his first fuck unless he changes his being idiotically nice and respectful) took over the situation and asked me if I wanted a Coke with my menu. ¾ No ice, please.

Salir con boludos

[6:31:07 PM] MD: no se si estar enojado o que [6:31:11 PM] MD: fue una semana de mierda [6:31:29 PM] Melina: si, yo tampoco [6:32:43 PM] Melina: we're on a rooooooooooad to nowhere [6:33:45 PM] Melina: tengo ganas de abrir el absenta [6:33:49 PM] Melina: de una puta vez [6:34:03 PM] Melina: pero escabiarlo sola en casa esta noche me devuelve una imagen triste [6:34:15 PM] MD: y tu muchacho? [6:34:21 PM] MD: o sea [6:34:23 PM] MD: estas sola [6:34:25 PM] Melina: |-( [6:34:25 PM] MD: en tu casa [6:34:29 PM] MD: y'know [6:34:35 PM] Melina: no se [6:34:40 PM] Melina: me tiene los ovarios al plato [6:34:48 PM] Melina: tanta victimización [6:35:11 PM] Melina: no puede tomar una puta decision de nada. "voy a estar en casa, llamame si queres venir". Fue todo. [6:35:11 PM] MD: te acordas cuando te dije que no estaba como para que tengamos algo porque en realidad no sabía donde tenía el culo? [6:35:15 PM] MD: well, there you go [6:35:25 PM] Melina: q queres decir? [6:35:29 P

The Fall (2006) Tarsem Singh

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Todos los viernes, con compañeros de laburo, nos mandábamos mails para recomendar alguna banda/disco o película, obra de teatro, programa, serie, etc... Durante el poco tiempo que duró (antes de que varios de sus integrantes renunciaran) la sección "Escuchate esta" dio algunos frutos, como la pseudo-reseña que copio a continuación --> The Fall, de Tarsem Singh El pasado miércoles asistí a mi queridísimo   Ciclo de Cine Ojo de Pez, en el CCMatienzo. Sin leer reseña ni nada por estilo, no sabía con qué me iba a encontrar. Y el resultado fue una película hermosa, que hoy quiero recomendarles. Entré tarde, cuando ya había empezado la peli hacía poco más de 10 minutos. Al sentarme, me sorprendí cuando desde la pantalla me invadieron unas imágenes de una belleza arrasadora, llenas de colores, texturas y dimensiones diferentes. Pero ojo que esta peli no es sólo linda por su fotografía. La historia es impecable. Pero lo que importa acá aún más qu

Cortada 206 entre 309 y 310

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Ana quiere escribir. Ana abre un cuaderno. Un cuaderno blanco que amenaza con perpetuarse. Ana se angustia y se ata a una nada innecesaria. Ana sueña, porque la mantiene viva, pero también la mata. Ana no habla. Ana no cuenta. Pero siente todo. Quisiera dejar de hacerlo, dice. Nunca pudo, y cuando quiso, el mero intento dolió más que el sentir diario al que ella estaba acostumbrada. Ana respira. Por un momento es feliz. Sus sentidos rebalsan de pinos, arena, sal y resina. Sus ojos no llegan a atesorarlo todo. Siente que es demasiado: los verdes, el reflejo del sol en las olas, las gaviotas…y detrás de todo, siempre, las sombras de algún niño que juega feliz. Feliz al menos ella cree. Cierra los ojos y ve igual. Todo en este lugar le habla. El viento que sopla furioso —a veces cansado—, las olas que nunca paran y vuelven al mar, los árboles que hacen música, a veces agua, a veces burbujas, a veces amenazas. Ana siente. El sol quema, la arena raspa áspera l

De cómo (no) funcionan las ganas un domingo a las 9 de la noche

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Melina tiene que hacer su primera traducción paga. Oh si, emoción emoción…. Todo lo que piensa mientras traduce el primer texto de dos carillas, es que se tiene que apurar porque “apenas termino, me voy a comprar algo rico para tomar el té” . Lalala, le faltan 3 párrafos para terminar, pero dice “bueno, voy ahora porque después me cierra el chino” Allá vamos, entonce', al chino a comprar leche y unas frutigranes. A la vuelta, a hacer el té. Y mientras, ¿por qué no? Cocinamos un postrecito royal para el postre. Bueno ahora sí, a trabajar. Pero en el camino, hay que colgar la ropa recién lavada. Y ya que estoy, prendo unos sahumerios. y me pongo crema en las manos (qué asperas q están, dónde habré dejado el teléfono de la mina que me hace las manos, a ver, voya buscar la agenda). Casi casi a punto de agarrar el esmalte y pintarse las uñas, Melina se dice “basta che, que esto lo tengo que entregar mañana”. Entonces sí, ahora de vuelta a la comp... Pero antes de seguir traduciendo, me
mamotreto

Pasos y divagaciones. Señales, voces rotas, rubores de la memoria...

El hombre ha salido a caminar sin dirección, fuma y sus pasos y sus divagaciones lo llevan lejos. Nubes fugitivas en el cielo nocturno, temblor de luna, tibios reflejos de faroles en las calles empedradas, árboles podados, ramas apiladas sobre las veredas y, al doblar una esquina, una figura parada en la mitad de cuadra, un descubrimiento para el hombre que vaga por la ciudad vacía. La muchacha permanece detenida, vuelta hacia él y parecería que lo mirara o lo aguardara, tiene flores en las manos y sus ojos están en sombra. También el hombre se detiene y ahí permanecen, observándose, mientras transcurren los segundos y el hombre sabe, súbitamente, como en una revelación, que el nombre de la muchacha es Anna y que las flores quizás sean para él. Después ella da media vuelta y comienza a caminar y el hombre la sigue y no acorta distancia y allá van por calles y calles, entre las casas mudas y los gatos, y siempre hay nubes arriba y temblores de luna y de tanto en tanto la muchacha gira l

Epístola a una amiga

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Ay ay my dearest fiend (aunque no por fiend dejes de ser friend ) Debo confesarte que exploré anoche la pagina que me pasaste con tantos juguetes y dildos bonitos....Tanto me gustó, parece, que disparó un sueño muy extraño que debo contarte: Soñé con un pene alado, que se elevaba en el cielo cual globo con fuego (de esos que tiran en navidad) o globo aerostático por los aires, mientras hombres y mujeres en la calle alzaban la mirada hacia el cielo y, ante la sombra del miembro viril erguido entre las nubes cual zeppelin mágico, exclamaban alegres y aplaudían. Te presto un poco de mi libido, que está elevada como el pene que imagino erguido en el cielo azul de mi barrio. Besos =) M. Data de: Marzo 2010

The Bell Jar

"I felt very still and very empty, the way the eye of a tornado must feel, moving dully along in the middle of the surrounding hullabaloo." * Sylvia Plath, The Bell Jar

El pez también inverna

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*Lo que sigue es un pequeño relato que improvisé el martes 27 de marzo de 2012 para el ciclo de cine Ojo de Pez, que anunciaba su función de cierre para el día siguiente. El pez también inverna Esta mañana, de cara al solcito otoñal, esperaba el tren como todos los días para ir al laburo. En el ipod entonces me sorprende “All you need is love”. Trillado, simplísimo. Tuve el reflejo de cambiarlo pero me contuve y lo dejé. Pensé si alguna vez voy a tener un amor como el de Yoko y John. En mi cabeza aparecieron fundidas las imágenes de ellos desnudos, las miradas, el amor que todo lo puede. Claro que no puedo dejar de ser yo. Y esa dulzura mucho no me dura. Así la vida no es. “Fue perfecto que a Lennon lo mataran”, pensé. Así la imagen del amor en su pico de idiotez quedó congelada. Si hoy viviera Lennon, se hubiese divorciado. Y es así que todo termina. Y sí, ya sabemos que es mejor prenderse fuego que, ¿cómo era?.. digamos, que morir viejo choto