The Fall (2006) Tarsem Singh


Todos los viernes, con compañeros de laburo, nos mandábamos mails para recomendar alguna banda/disco o película, obra de teatro, programa, serie, etc... Durante el poco tiempo que duró (antes de que varios de sus integrantes renunciaran) la sección "Escuchate esta" dio algunos frutos, como la pseudo-reseña que copio a continuación
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The Fall, de Tarsem Singh



El pasado miércoles asistí a mi queridísimo Ciclo de Cine Ojo de Pez, en el CCMatienzo.
Sin leer reseña ni nada por estilo, no sabía con qué me iba a encontrar. Y el resultado fue una película hermosa, que hoy quiero recomendarles.
Entré tarde, cuando ya había empezado la peli hacía poco más de 10 minutos. Al sentarme, me sorprendí cuando desde la pantalla me invadieron unas imágenes de una belleza arrasadora, llenas de colores, texturas y dimensiones diferentes.
Pero ojo que esta peli no es sólo linda por su fotografía. La historia es impecable. Pero lo que importa acá aún más que la historia, es cómo está contada.
La clave está en la narración. Las líneas que dividen los niveles narrativos de este relato se desdibujan a medida que avanza la película. La historia principal (¿principal?), en donde el protagonista y una nena se conocen en un hospital, los dos después de haberse caído (de ahí, el título del film) se ve invadida cada vez más por el sub-relato (el cuento que empieza a contarle el protagonista a la nena).
Sí, sí. Para quien haya leído un poco de literatura esto no es nada nuevo. Para citar sólo dos ejemplos, Borges se encargó de redoblar las apuestas narrativas con el cambio de punto de vista en “La forma de la espada”, Cortázar logró, con su mirada lúdica, dotar de una ambigüedad semántica transportadora al cuento "La noche boca arriba", sólo por nombrar uno. Si nos ponemos a ver “the fall” con estas expectativas narrativas, nos vamos a decepcionar. En este caso, la historia es más simple y lineal.
Volviendo al plano del cine, también podemos decir que este recurso ya lo vimos (recontra usado, pero nunca agotador) miles de veces. Se me ocurre mucho pensar en “El gran pez”, con el personaje entrañable del narrador fantástico aventurero.
En la película de Burton, así como en la de Tarsem (o en “El Laberinto del Fauno” de Del Toro), el grado de intervención del narrador autodiegético se da de una forma muy peculiar: una mezcla entre distanciamiento (por las imágenes y personajes bizarros de la historia de ficción, que los hacen verse grotescos e irreales) e identificación (con el protagonista del sub-relato, el enmascarado), que hacen al espectador moverse entre dos lugares, uno de un compromiso y la mimetización con el personaje, y otro de despliegue fantástico (que resulta totalmente necesario para amenizar los golpes bajos del contexto histórico y para restarle al relato ese drama innecesario característico de Hallmark que tanto nos molestaría). Existe también un juego interesante entre la mirada inocente de la nena como oyente del cuento, su posterior pasaje de oyente a protagonista del sub-relato, y la mirada del espectador de estas dos historias.
Más allá del poder narrativo que encontramos en “The Fall” (que evidentemente me atrapó), una razón más para verla es Alexandria. Así se llama la nena de 4 años que coprotagoniza el film y que a la segunda escena puede derretirle el corazón hasta al más despiadado de los villanos del peor de los inframundos. Perfecta.
Sin más palabrerío, les dejo una imagen y espero haberles contagiado las ganas de verla.
Por cierto, The Fall no podía dejar de estar acompañada por música genial (sinfonía no. 7 de ludwig van!).

http://2.bp.blogspot.com/_T6YoH5nU-44/SSPHmx2NSVI/AAAAAAAAAAs/lHxZGbexqnQ/s320/theFall00.jpg

Junio 2011

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