Fellows in unifom will blow your mind

*

Estoy dentro de un negocio, comienzo a recorrer las estanterías y veo cosas, todas me gustan, todas son inútiles, chiquitas, y de vidrio o cristal o con cosas flotando dentro, con luces o brillos. Todas brillaban y llamaban mi atención. Agarro un camioncito muy chiquito, lo presiono y se mueve, está iluminado por unas letritas verdes, veo que me da la hora y fecha. No recuerdo la fecha, pero la hora sí: son las 10:10. Decido comprarme este juguete que tanto me gusta. Lo agarro. El lugar se torna muy oscuro, lo ilumina una luz con tonalidades verdes o azules. Me paro (había estado jugando con el camión en el piso hasta ahora). A mi izquierda, veo a un hombre de seguridad. Es muy muy alto y parece muy serio. Está uniformado, más como un militar. Me mira fijo. Lo miro a los ojos y descubro que son muy verdes, me atrapan, nos seguimos mirando. Voy a la caja y pago, tengo más de una billetera, y saco billetes de todos lados (?). Le pido a la cajera una lapicera y anoto mi teléfono. Se lo doy al hombre con el que me estaba mirando.

Cambio de escena: Estoy cenando en una gran mesa ocupada por hombres, todos molestan a este hombre por salir conmigo, yo lo miro con admiración (yo no sé si soy yo, creo serlo, pero cuando me veo desde afuera estoy distinta, tengo el pelo más largo, muy negro y con bucles). En un momento dejan de reírse, se ponen pesados y le dicen al milico que salía conmigo “and now, your friend Gerald is going to die”. Este Gerald estaba sentado a la cabecera al lado mío, y a mi derecha, mi “cita”. Entonces tiran una especie de tubito de plástico en la mesa frente al tipo, que al segundo de caer comienza a largar humo blanco, un gas que surge (haciendo un ruido como “Ssssssssss”) y se dirige directo a la cara del tipo. Lo que más me sorprende es que el tipo ni se mueve para salvarse. El tipo inhala el gas, y BUM, le explota la cabeza, sin dejar mínimo rastro de sangre. Su cuerpo permanece sentado ahí, sin la cabeza. Ahora joden con otro tipo, sentado a la izquierda del anterior. Otra vez comienzan a reírse a carcajadas, y le dicen que ahora le toca a él. De repente, uno de los hombres se para, sosteniendo una bolsa llena de algo blanco. Le esparce todo el polvo sobre la cabeza, todos se alejan moviéndose hacia atrás, la cabeza hace humo y también explota, causando las carcajadas de todos y dejándome ganas de vomitar, de llorar y de salir corriendo al mismo tiempo. Creo que ahora hubiese sido el turno del tipo que salía conmigo. Pero no seguí soñando para verlo. No me acuerdo nada más.
Sólo sé que me levanté, y cuando fui a la cocina el reloj marcaba las 10:10


*fecha aproximada del sueño> enero 2010

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nieve y fuego

Como abrazar a los sabios

Los perfumes de Etelvina